martes, 20 de diciembre de 2011

Que se pare el tiempo.

-Toy liao, toy mu liao.
-¿Con qué pingüinito? ¿Con el hielo o con el hielo?
-Con el hielo, con los agujeros en el hielo, con los peces de los agujeros, con las focas que se comen a los peces... me gustaría que se parara el tiempo. Aunque sólo fuera un poquito.
-Te daría igual poco que mucho. De hecho, en cuanto se pare ya no hay ni poco ni mucho.
-El caso es que se pare.
-Ya se paró pingüino.
-No, no se ha parado, sigue y sigue y sigue...
-¿No te das cuenta pingüino acelerado de que si se para no lo vas a notar? Si se para, se detiene para todo. Absolutamente para todo. Con lo cual, cuando se vuelva a poner en marcha, todo sigue exactamente igual que antes de la parada ¿Quién y cómo lo va a notar? Si se pudiera ver desde fuera, un gato cuántico quizás, vería la película parada un minuto, un año, un siglo... daría igual y luego que continuaba como si nada. Ninguno de sus personajes se habría dado cuenta del parón.
-Entonces que pare sólo para mí.
-Vendrán las focas y se llevarán los peces mientras tú estás más parado que un pingüino de escayola.

martes, 13 de diciembre de 2011

El tiempo.

-¿El tiempo de llover?
-No, el otro.
-¿El de Sol?
-No- el- o- tro.
-Ya ! El del reloj¡
-Nos vamos acercando.
-El de las horas, los minutos, los segundos...
-El que se forma al mismo tiempo que el universo, el que da la medida de las distancias, el que separa los hechos en antes y después. Querías llegar al borde del universo ¿O te has echado otra cuenta?
-Parece que no llegaría en buenas condiciones.
- No se trata de eso, o al menos no sólo de eso, es que donde no hay tiempo, no hay movimiento y viceversa donde no hay movimiento (pero nada, nada, nada), no hay tiempo.
-Lo que yo quería era ver el borde del universo.No ir tiempo "palante", tiempo "patrás".
-¿Hacia dónde querías ir?
-A cualquier parte. Izquierda, derecha, delante, detrás, incluso arriba o abajo.
-Así no alcanzarás nunca tu propósito. Te falta una dirección importante.
-¿Cual?
-Justamente el tiempo.

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿El futuro?

-Pingüino, cada día te entiendo menos ¿Cómo es que más allá está el futuro?
-Imagínatelo al revés.
-¿Cómo al revés?
-Hacia atrás. Hace millones de años (exactamente trece mil setecientos) el universo era pequeño, muy pequeño, tan sólo un punto ¿Qué había entonces aquí, donde estamos ahora? Nada. El futuro. Ahora que es el futuro de entonces sí hay algo (hielo y poco más). Pues en el futuro habrá algo más allá del universo de ahora pero en este momento sólo está el futuro. Aunque a la velocidad que se expande, cada vez hay más pasado y menos futuro.
-Entonces... no me asustes pingüinito ¿Se acabará el futuro?
-El tuyo y el mío ten por seguro que sí.

domingo, 11 de diciembre de 2011

¿Qué hay más allá?

-Oye pingüino cuántico...
- Los pingüinos no somos cuánticos. Cuánticos son los gatos. Véanse el de Alicia o el de Srödinger.
- Está bien pajarito, es el caso que si el universo es finito, entonces ¿Qué hay más allá?
- ¿No puedes verlo? ¿Ni siquiera cerrando los ojos?
-No, no puedo verlo, no tengo mirada telescópica.
-Más allá está ¡El futuro!

-¡           !

martes, 29 de noviembre de 2011

El ruido de las cosas al caer.

-Así que... has estado entretenido tirando cosas por ahí ¿eh?
-No. Yo no he tirado nada. Los bloques de hielo se caen solos. Parece que es por lo del cambio climático.
-Ah, sí, vete preparando, te tendrás que quitar el abrigo de plumas que llevas, cada vez hace más calor.
-¡Anda que gracia! Me tengo yo que quitar mi abriguillo porque alguien llene la atmósfera de Co2.Conste que le tengo cariño.
-¿Al CO2 o a la atmósfera?
-Al abriguillo.
 -A lo que iba ¿No dijiste que estabas entretenido con las cosas que se caen?
-Exacto: con las que caen, no con las que yo tiro.
-¿Y es muy divertido ver caer los bloques de hielo?
-No va de eso.
-Cada día te explicas peor: no hay forma de entenderte.
-He estado entretenido no con las cosas que se caen, sino con el ruido de las cosas al caer, que es diferente.
- ¿Con el ruido de los bloques de hielo cuando se rompen?
-De hielo, ni el rumor.
-De mal en peor ¿qué cosas, qué ruido?
- Mira, si de verdad quieres enterarte, pregúntale a Juan Gabriel Vázquez, que es el que tira las cosas, el que hace el ruido y el que lo cuenta maravillosamente bien.
-¿De verdad de la buena que merece la pena? ¿No pasará como con el erizo, las tortugas, los karmas y demás fauna soporífera inaguantable?
-La duda ofende. Este es un colombiano que escribe como dios manda.
-¿Pero de hielo, nada?
-Nada.
-¿Y qué se cae?

jueves, 24 de noviembre de 2011

En el banco (de dinero, no de sentarse).

-Buenos días, venía a pagar la comunidad del garaje.
-Huuuyyyy, tiene que venir usted martes o miércoles de 8,30 a 10.
-¿Y ahora no lo puedo ingrresar?
-Si hace el ingreso sin poner texto sí, pero si hay que poner a qué corresponde, no.
- Sólo hay que poner el número de plaza y el año.
-Los martes y los miércoles de 8,30 a 10. Ahora no estamos autorizados para realizar ese servicio.
-Bien, bien (a partir de este momento pongo cara de despiste, de que la cosa no va conmigo, de que todo es un puro trámite... con esa cara todo el tiempo y sin alterarme, tranquilidad total) y... para sacar dinero de una libreta ¿Está autorizado?
-Si, sí. Ningún problema.
-Pues me va a dar usted de esta cartilla (la pongo sobre el mostrador junto con el D.N.I y hago una pausa, así como para relax pero es para pillarle a él desprevenido)... un euro.
-¿Un euro?
-Sí, sí, tengo que hacer unas gestiones... y... (sigo con la cara de no haber roto un plato).
-Aquí tiene, firme.
-Muy bien, muy bien (firmo muy tranquilamente). Ahora me va a dar usted, de esa misma cartilla, otro euro.
-¿Otro euro?
-Sí, sí... unas gestiones... unos pagos... (esto, dicho así bajito, para mí, casi en un murmullo), uno, dos, tres...Sí, ya firmo (echo otra firmita tranquila). Muy bien. Si es tan amable, me da usted un euro más.
-¿Otro euro?
-Sí, claro, otro, no me va a dar el mismo, je, je, je...no sé... si otro más... o ya tengo...Sí, ya le firmo (cojo el euro y lo miro, le doy la vuelta, lo vuelvo a mirar, lo sopeso en la mano...) oiga, perdone... es que... creo que este euro mi empresa... no me lo va a aceptar. Tengo un jefe muy escrupuloso ¿Sabe? huy, cuando se pone a aplicar el reglamento... no, no me lo va aceptar, cámbiemelo por otro, tenga la bondad... uno más brillantito, que casi relumbre... es de meticuloso... gracias. (Aspiro una buena bocanada de aire y la suelto despacio, despacio) bueno... pues vamos a por otro eurito, de ahí de la cartilla...
-Perdone señora ¿Cuántos va a necesitar?
-¿Cuándo?
-Luego.
-¿Cuándo luego? ¿Luego de cuándo?
-Después.
-¡Huy! ¡Que cuantos euros voy a necesitar después! ¡Pues está la economía como para hacer vaticinios! Como que yo puedo ver el futuro y menos tratándose de dinero y en estos tiempos... ya quisiera yo... si lo supiera... si lo supiera creo que no estaría aquí ¿Usted sabe el dinero que va a tener mañana metido ahí en ese cajón? Sólo le pregunto lo de su cajón, lo que la entidad tenga en conjunto... ni usted, ni el jefe, ni el jefe del jefe... ni nadie... (esbozo una sonrisa beatífica) ¡Ah! qué gracioso es usted, déme, déme el otro euro que necesito (en este momento entra en el banco mi compinche, una amiga tan señora respetable como yo y se pone a la cola del otro empleado).
-Muy bien señora, vamos a por el euro (eso dice, pero se hace el tonto, mueve papeles, da a las teclas del ordenador, va, viene... y mi euro no aparece. Entiendo que está haciendo pasar el tiempo para cansarme, mientras su compañero atiende a la gente, así que en cuanto le toca el turno a mi amiga...)
-¿Me vas a ingresar el euro, verdad? Toma, tómalo, que si no te haces un lío y no sabes cual es. Mira, en esta cartilla le dices que lo ingrese. Yo sigo esperando, este señor de repente está muy ocupado y no me puede atender ¡Eh! ¡Oiga! No se olvide de mi euro, que no hemos terminado.
-A ver, señora, ya está bien ¿Se está usted riendo de mí?
-¿Solicitar los servicios permitidos en el horario correcto le ofende? En la puerta había un cartel en el que ponía: "encantados de servirle", claro que a lo mejor ahora ya no y por eso lo han quitado.
-No me mosquee señora, no me mosquee, que me estoy empezando a cansar ¿Qué es lo que pretende?
-Bien clarito se lo he dicho al principio: pagar la cuota de la comunidad del garaje. (En estas, mi amiga que ni hace caso de ingresar el euro ni nada de nada, sino que se parte de la risa...)
-¡Jo! ¿Y este lío por el garaje? ¡Vaya tontería!
-¡Claro! porque tú no tienes. Tener garaje te cambia la filosofía de la vida, es otro estatus, otra manera de ver las cosas. Antes, cuando no tenía, me preocupaba por cosas muy primitivas: que si hay sitio para aparcar, que si doy dos vueltas, que si luego ya eran tres, que si busco sombra, que está achicharrado, que hoy me toca rascar el hielo, que le han roto un piloto... Ahora son asuntos más trascendentes: la raya, no se ve la raya y el vecino se mete en mi plaza ¡Qué se habrá creído! Como si todo el garaje fuera suyo, y el de enfrente... coloca las bicis y luego el coche sobresale dos metros y yo ¡hala! a hartarme de hacer maniobras, un día le voy a pegar un empellón que se lo empotro en las bicis, y la puertecita, la dichosa puertecita que un día abre con el mando y mil no... En estas cosas, hija, estamos las que tenemos garaje. Como tú estás en la época de la glaciación, rascando el hielo todavía... pues no comprendes estos niveles pero es que como no pague la cuota de la comunidad van a venir las fuerzas del orden público a sacarme el coche de la plaza y no digo yo que no les ayuden esos que se llaman de choque (por lo de los coches de... ¿Se pilla el chiste?). Así que ¿No querrá usted ser responsable de tamaño desaguisado? De todas formas, puede elegir: el ingreso del garaje, o aquí mi amiga y yo seguimos con nuestros euritos: yo lo saco y ella lo mete, yo lo saco y ella lo mete... ¡hasta el infinito y más allá!

   ¡Pingüino! ¿Te has ido? claro, como no tienes garaje, no te interesaba.

martes, 22 de noviembre de 2011

Las bacterias van rápidas.

Mira pájaro bobo, si cada vez que voy a darte de comer me haces pasar más controles y dar más contraseñas que en el Pentágono... vas a tener que aprender a pescar.
¿No te iría mejor abriendo la puerta y dejando pasar a todo el que quiera?
-Sí claro y que se me meta toda la morralla que anda por ahí suelta sin tener otra cosa mejor que hacer.
-Entiendo. Te pueden distraer de tu alta misión intelectual. Olvidaba que habitas mundos inaccesibles a los pobres mortales de a pie.
-¡Alto ahí! Lo de los mundos cuánticos no fue cosa mía.
- Entonces ¿En qué tareas ocupas tu lindo cerebro de pajarito?
-Pensaba, es un decir, que las bacterias que propagan enfermedades son muy eficaces. Lo dicen los matemáticos que estudian las probabilidades y la estadística, no yo. Una sola bacteria, se reproduce, esas otras se reproducen a su vez, viajan rápido por todas partes y en menos que canta un gallo (debería aprender qué cosa es un gallo) ya ha llegado a medio mundo.
-¿Dónde está el problema? Aparte de la posible infección.
- En que a mí me cuesta muchísimo, en honor a la verdad no es que me cueste más ni menos, es que no lo consigo, difundir el más pequeño de mis desvaríos. No sé si la culpa la tendrá esta canica o lindo huevito para incubar que no se arranca a salir y así no vamos a ninguna parte.
- Pingüino, te falta un dato: una vía importantísma de difusión de bacterias son las heces, vulgo mierda. Van al agua y de ahí... a todo el mundo ¿Lo pillas?
- ¡Ya! Por eso estamos rodeados de tanta ... (no soy vulgo, no puedo poner mierda) por todas partes. Creo que a partir de mañana mismo me voy a tragar mis propias tonterías para difundirlas como .... a todos los mundos (recuerda que yo habito en varios).
-Se te olvida otro dato: el hielo congela los microorganismos y al parecer también el cerebro de los pajaritos.

martes, 8 de noviembre de 2011

Desvaríos

Hace más de quince días que no como ¡tengo hambre! y cuando se tiene hambre se puede decir cualquier cosa (antes de callarse para siempre).
Amanece un día tras otro sin consultarnos.
Tenía una única ocupación: ver pasar la vida bajo el Sol.
¿De qué me sirve un universo infinito si mis pasos y mis pensamientos son limitados?

martes, 11 de octubre de 2011

muundos cuánticos

Pingüino, ya estás otra vez en la nube.
-No, estoy en otro mundo ¿No era así?
-Era en varios mundos a la vez.
-¿Y cómo me parto: derecha-izquierda o arriba-abajo? El pie derecho en un mundo y el izquierdo en otro... pero siento los dos igual de fríos... la cabeza en uno y los pies en otro... ¡vaya desfase!
-No. Tranquilo. Es todo entero.
-¿Todo entero? ¿En dos mundos distintos, diferentes?
-O en tres, o en veinte o en mil o...
-¡Me mareo! No, porfa, quiero mi nubecita.
-Son consecuencias de la física cuántica. Se puede ¿Tú conoces al gato de Srödinger?
-Soy un pingüino. Conozco a alguna foca.
-¡Un gato! pingüino, un simple gato.
-Vale ¿Qué pasa con ese gato?
-Que su dueño. El "inventor" de la fórmula de la función de onda del electrón, básica y fundamental en la mecánica cuántica tenía un gato metido en una caja con una bolsita con veneno y el gato estaba vivo y muerto.
-¡Qué tontería! Yo también estoy vivo y si me como el veneno estoy muerto.
-No, él estaba vivo y muerto ¡a la vez! hasta que se colapsaba la función de onda, la que se calcula con la fórmula de antes. También se pueden elegir otras posibilidades: comer y no comer, andar y parar...¿Lo vas pillando pingüinito?
-Sí, sí, claro. Esto... sólo hay algo que... no sé... ¿Me puedes aclarar qué cosa es un gato?

martes, 4 de octubre de 2011

¿El mundo? ¿Qué mundo?

El pingüino feliz: ya tengo trabuco, tengo trabuco. Me puedo echar al monte.
-¿Y la manta, pingüinito?
- Aquí hace mucho, mucho frío, esto es todo hielo... he pensado... mejor...¡Un saco de dormir!
-¡Que no! que la manta no es para dormir ¿Te imaginas la pinta que tendrías con la navaja cabritera en una mano y en la otra en vez de la manta rayada dispuesta para enredar al enemigo cual si de red de gladiador romano se tratara... enredado en el ala: ¡Un saco de dormir! ¡Fantástico! Ridículo total. Pingüino que no estás en el mundo.
-¿No? ... ¿De...de verdad que no estoy en el mundo? ¡socorro! Entonces ¿Dónde estoy?
-En la nube, pingüinito, en la nube.
     El pingüino se para. Mira hacia arriba, hacia abajo, otra vez hacia arriba. Reflexiona...
-¿Y la nube dónde está? 

lunes, 26 de septiembre de 2011

Echarse al monte

En una de esas (podía ser una de estas o de aquellas, pero por lo del punto medio siempre se elige "una de esas") el pingüino decidió echarse al monte, o al hielo en su caso. Cogió su canica ¿O era un lindo huevito para incubar? y se fue, se fue, se fue... ¡Eh! ¿Dónde vas pingüino? ¿Acaso no sabes, pedazo de ignorante, que la Antártida es reserva de la biosfera?
-Me da igual, no me importa. No soy exquisito.
- ¡Que no! Que aquí estamos en equilibrio ecológico. Está todo contado, calculado, cada cual en su sitio: los peces, los pingüinos, las focas, el oxígeno... ¡Equilibrio!
     El pobre pingüino empezó a notar cómo el hielo se levantaba bajo sus pies y comenzaba a resbalar - ¡Huy!, huy, es verdad, esto se está desequilibrando...que me pilla el desequilibrio, me pilla, me pilla...
   El pingüino no corrió, voló que para es pájaro, buscando un hilo más tranquilo... ¡Eh! ¡Eh! pingüino ¿No sabes leer? que esto es parque natural.
-No me importa, no soy exigente.
   Es que aquí estamos en equilibrio de especies. Estamos todos contados: ni uno más, ni uno menos.
     El pingüino notó que el hielo se movía pero está vez se hundía bajo sus pies: ¡has roto el equilibrio! ¡Has roto el equilibrio! Y los peces están numerados y tú no tienes número y no te toca pez...
  El pingüino no corrió, nadó que para eso es pingüino y volvió a su trocito de hielo.
     -Ya no queda ni monte para echarse uno.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Thales de Mileto

- A ver pingüino intelectual ¿Tú sabes el teorema de Thales?
-¿El de: se prohíbe joder en los portales?
-Palabrotas no, pingüino.
-En el cole lo dicen así.
-¡Si tú no has pisado nunca una escuela! El teorema de verdad.
-¿El de los segmentos perpendiculares? Sí. Soy un pájaro bobo pero con cultura.
-Entonces... sabrás que una recta de unidad diez (la unidad que quieras, da igual) se puede dividir por segmentos proporcionales en tres partes exactamente, exactamente iguales.
-Está bien pero... una botella de cerveza no se parece en nada a una recta.
-¡Ahí está la grandeza de las matemáticas! 

martes, 20 de septiembre de 2011

Café

¡Claro! como he tomado tantos...

Botellines de cerveza.

El pingüino miraba la inmensa soledad helada que le rodeaba y al mismo tiempo pensaba ¡Sí, al mismo tiempo! en una cerveza bien fresquita y como una cosa lleva a la otra, se le planteó un malvado problema: si yo tengo una botella de cerveza de un litro y la quiero compartir, a partes iguales, nada de abusar, con otros dos pingüinos u otras dos pingüinas ¿Lo puedo hacer? Yo no, pobre pingüino pero ¿Habrá algún delicado instrumento de laboratorio capaz de medir exactamente 1/3 de litro? Teniendo en cuenta que tocamos a 0,3333333 y así hasta el final del hielo, o sea el infinito ¿Cómo se hará? y como otra cosa lleva a otra cosa le vino la pregunta ¿Qué nos dan cuando compramos un botellín de un tercio?

domingo, 18 de septiembre de 2011

El pingüino no sabe de entradas, ni de salidas, ni de contraseñas, ni de direcciones, mucho menos de blogs... ¿Por qué? Porque no va al colegio.

comentario

Los pájaros bobos desconocen lo que es una entrada, un comentario, una salida... no digamos ya una contraseña, así que a veces, muchas veces, casi todas las veces se ven flotando a la deriva sobre un bloque de hielo sin posibilidad de alcanzar tierra firme ¡Pobre pingüino!

La canica.

¡Pingüino deja de enredar con la canica que al final la vas a volcar!

martes, 13 de septiembre de 2011

El hielo cruje.

El pingüino por desistado, se metió en terreno desconocido y el hielo se empezó a quebrar bajo sus pies ¿Dónde pisaba?
 Tuvo la mala ocurrencia de colocarse sobre "La elegancia del erizo", "El vals lento de las tortugas" y algún otro territorio del que no recuerda bien el nombre- es un pingúino muy despistado- Así que ya sabéis, si no queréis hundiros en agua helada, triste, aburrida, tediosa y desesperante, ni os acerquéis.

domingo, 14 de agosto de 2011

La pingüinita se torraba al sol mientras veía deterrirse lo que había sido el suelo bajo sus pies y se asombraba de que a esas alturas todavía sobrevivía para contarlo.

viernes, 5 de agosto de 2011

¡Estaba a punto de morir de inanición!

Con el verano, el pingüino se trasladó de residencia. Realmente estaba cansado, harto de tanto hielo y se olvidó del comedero ¿Por dónde diablos se metía la comida? 
    Cuando comprendió que no sólo de Sol se alimentan los pingüinos, se dedicó afanosamente a buscarse el sustento y ¡he aquí! que obtuvo grata recompensa a sus desvelos.
   Hoy por hoy, el pingüino y con él su pluma, están salvados.