Con el verano, el pingüino se trasladó de residencia. Realmente estaba cansado, harto de tanto hielo y se olvidó del comedero ¿Por dónde diablos se metía la comida?
Cuando comprendió que no sólo de Sol se alimentan los pingüinos, se dedicó afanosamente a buscarse el sustento y ¡he aquí! que obtuvo grata recompensa a sus desvelos.
Hoy por hoy, el pingüino y con él su pluma, están salvados.
Realmente este pájaro es bobo.
ResponderEliminar¡....! En cinco líneas dos veces "realmente". Realmente este pájaro, o pájara, tiene la pluma de adorno porque de escribir... poquito.
ResponderEliminarRealmente no.Porque olvidarse del sustento asi como asi...
ResponderEliminarPaca.
Se está poniendo muy interesante