viernes, 5 de agosto de 2011

¡Estaba a punto de morir de inanición!

Con el verano, el pingüino se trasladó de residencia. Realmente estaba cansado, harto de tanto hielo y se olvidó del comedero ¿Por dónde diablos se metía la comida? 
    Cuando comprendió que no sólo de Sol se alimentan los pingüinos, se dedicó afanosamente a buscarse el sustento y ¡he aquí! que obtuvo grata recompensa a sus desvelos.
   Hoy por hoy, el pingüino y con él su pluma, están salvados.

3 comentarios:

  1. ¡....! En cinco líneas dos veces "realmente". Realmente este pájaro, o pájara, tiene la pluma de adorno porque de escribir... poquito.

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  2. Realmente no.Porque olvidarse del sustento asi como asi...
    Paca.
    Se está poniendo muy interesante

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